Nos dice Jesús en el Evangelio de Juan 15, si no me equivoco, no hay mayor amor que dar la vida.
Jesús nos enseño a amar, como Él amó. Él nos amó a tal extremo de la Cruz, y no le importó que le hayan azotado, lo hayan humillado, escupido e insultado, murio por ti y por mi, en esa cruz, por una sola y simple razón, porque te ama. Te ama a pesar de que lo entregaste, a pesar de que lo negaste, a pesar de que lo azotaste, a pesar de que lo dejaste solo en ese momento, y tú me dirás, pero cuándo hize algo de eso?, y yo te digo, tú y yo lo hemos hecho eso cada vez que hemos pecado, cada vez que stando en pecado mortal hemos comulgado, cada vez que hemos tenido vergüenza de hablar de Xto, cada vez que ni te acordaste de Él, y Él te estaba esperando, para que le cuentes tu cosas, para hablar contigo, para consolarte, o simplemente para estar contigo.
Yo te pregunto, tú eres capaz de amar como amó Jesús, perdonando, rezando por los demás, ayudando al que lo necesita, etc, etc, etc, y seguro tú me dirás sí, claro si yo ayudo a mi mamá, perdono a mi hermano(a), colaboro en mi parroquia o alguna sociedad benéfica, pero, yo te aseguro que eso hasta el más pecador lo hace, la cosa es, ayudar al que no conoces y te pide una mano, rezar por aquel que menos te cae, o por los que no conoces, perdonar a aquel que a lo mejor más daño te ha hecho, o has dicho la perdono(a) pero no olvido... ese es el amor que Jxto nos enseñó y que quiere hoy para tí.
Porque no hay más amor que aquel que da la vida... amar a los demás es sobre todo reflejar a Jxto en nuestras vida, reflejar ese amor de Jesús en tu vida. Reflejarlo y transmitirlo a los demás... porque esa es la labor de todo Xtiano, amar como amó Jesús.
Desde mucho antes, y más desde que está en el Seminario, cada vez que escuchamos al Hermano Luis Alberto, o que leemos sus e-mails, sus reflexiones, sus mensajes, sus meditaciones, sus lecciones de vida, oír o leer esas palabras cargadas de espiritualidad y de fe, son capaces de arrancar en nosotros una sonrisa de esperanza, un brillo en los ojos, nos hace renacer, transmite un calor en el corazón, unas lágrimas de alegría o un gran sentimiento de fe viva.
miércoles, 10 de febrero de 2010
La medida del amor
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario