martes, 27 de septiembre de 2011

Yo los haré libres

Dice en Deuteronomio 6, 20, para que cojan su biblia y revisen!, algo así, “mis padres eran esclavos en Egipto, pero Dios nos liberó con mano grande y poderosa, y obró signos y prodigios contra el faraón…
Nos encontramos ante el recordar que hace el pueblo judío, recordaba su esclavitud en Egipto y se la cuenta a los más pequeños, para que me entiendan tienen que leer =),

Ya para que vean que soy bueno tengo aquí parte de la cita, pero falta el versículo 20, así que búsquenlo y léanlo…

"Mis padres eran esclavos del Faraón en Egipto, pero Yahveh nos liberó de Egipto con mano fuerte y brazo poderoso. Yahveh realizó ante nuestros propios ojos grandes y terribles signos y prodigios en Egipto contra el Faraón y toda su casa. Y a nosotros nos sacó de allí para conducirnos y entregarnos la tierra que había prometido bajo juramento a nuestro padres." Dt. 6, 21 - 23


El pueblo Judío que recuerda su esclavitud, y a la vez, la alianza que Dios les hizo, “yo los haré libres, yo les daré una tierra que manará leche y miel”, y el pueblo recordaba con júbilo en la pascua esa alianza cumplida, a pesar de todo, de que el pueblo fue infiel, que mil veces renegó de Dios, lloró por las cebollas que dejó en Egipto, sufrió su castigo, pero al fin recompensa…

Hoy, nosotros no solo celebramos una pascua de esclavitud a libertad, sino de muerte a vida, Cristo Jesús a dado su vida por nosotros en la cruz, y con su muerte nos trajo la vida eterna. Y a pesar de que muchas veces reneguemos en esta carrera de la vida, en este desierto que cruzamos día a día hacia la tierra prometida, hacia la ciudad de Dios que tanto nos habló San Agustín, El Señor está allí para ayudarnos a seguir, y muchas veces creemos que él puede castigarnos, pasando por momentos difíciles, pero es que no nos damos cuenta que al final el castigo uno mismo se lo impone alejándose del amor de Dios, porque recordemos que el infierno no es un honor de fuego, sino es poder saber que Dios es la verdad y felicidad suprema y haberlo rechazado, así pues muchas veces podemos vivir el infierno en la Tierra alejándonos de ese gran amor que a lo mejor Dios te quiere ofrecer, busquemos el bien eterno, ese que no pasa, ese que todo lo satisface, y para esto lo más fácil, ser santos, ser otros cristos para esta sociedad que hoy día grita FUERA LA CRUZ, porque le tiene miedo al sufrir, porque nos hemos acostumbrado al camino fácil, y no queremos darnos cuenta que para llegar al sábado de gloria es necesario un viernes de pasión, busquemos ser santos, aunque nos cueste, aunque tengamos que llorar, que sufrir, si tengo que ser santo en mi matrimonio, en mi relación, en mi trabajo, en mi estudio, en mi hogar, en mi familia, en donde sea, donde sea, todos estamos llamados a ser santos y eso implicará un dar la vida por Cristo, por aquel que es la VERDAD, verdad que nos hace libres…
Pero nos hará libres solo si lo conocemos realmente, si hemos tenido ese verdadero encuentro con Jesús, solo si él nos ha detenido en el camino del Damasco de nuestra vida y nos ha permitido darnos cuenta que nuestra vida puede parecer perfecta pero al final TODO ES LA MAS GRANDE MENTIRA, y al final sufrimos por dentro, sentimos el vacio más grande al no experimentar a ese Cristo que lo ha dado todo por nosotros.


Así como Pablo, él se sentía bueno, un hombre piadoso, obedecía la ley, hombre sabio, de buena condición económica, política y social, alguien justo ante los demás, perseguidor de aquellos que atentaban contra su fe, pero al final todo lo que hacía resultaba vacio porque nunca dio un sentido real a las cosas, hasta que Jesús lo hizo darse cuenta que le falta de él en su vida para que al fin todo tenga sentido.

Pidamos al Señor, pidamos con fe, Señor, permite conocerte, permíteme experimentarte en mi vida, Señor quiero conocerte, quiero amarte, y si tengo que sufrir, enséñame a sufrir y a salir adelante, enséñame, a sufrir por ti, enséñame Jesús. Si el amarte y seguir implica sufrir, enséñame a sufrir, y dame un corazón preparado para ello, para ser santo.
Da lo que mandas y manda lo que quieras dice san Agustín.
Si Dios nos pide amor, pidámoselo; si Dios nos pide fuerzas, si Dios nos pide sufrir, si Dios nos pide lo que sea, el nos brindará los medios para que así concluya la obra que ha iniciado, pero te aseguro que no lo hará si tu no lo pides, por ello dice San Agustín “el Dios que te hizo sin ti, no te salvará sin ti”.

Por último, San Agustín nos dice “creo para entender, y entiendo para seguir creyendo”, reconozcamos la actuación de Dios en nuestras vidas, y pidámosle que siga actuando, para que así encontremos aquello que le da un sentido a nuestra vida, pero no algo que escapa de la razón humana, sino algo que la ilumina y a la vez nos ayuda a seguir.


Danos Señor un corazón como el tuyo. Un corazón abierto a recibir tu amor y abierto para transmitirlo a los demás, un corazón que esté preparado para darlo todo por ti, un corazón que tenga hambre y sed de ti, del Dios vivo. Amén.

martes, 20 de septiembre de 2011

Busquemos con fe al Señor

Nos dejó San Pablo estas sabias y valiosísimas palabras “en mi debilidad se demuestra tu fortaleza”, y es que para el corazón que de verdad se ha dejado amar por el Señor, por más veces que caigamos, siempre está el Señor para levantarnos y actuar en nosotros, y lo que digo siempre, es importante no cerrarnos a la gracia del Señor, sino pedirla con insistencia día y noche, para que así el pueda actuar en nuestras vidas y renovarnos día a día.

Busquemos con fe al Señor, pero también con perseverancia, fidelidad, agradecimiento y paciencia. Busquemos al Señor en el hermano, en la palabra, y sobre todo en la Eucaristía, porque toda obra que no es movida por el Señor es vacía, porque al final no nos mueve el amor supremo y perfecto, y toda fe que no posee testimonio de vida es inútil.

Buscad al Señor, y al encontrarlo vayamos a anunciarlo a este mundo que hoy tanto lo necesita.

martes, 13 de septiembre de 2011

Qué es lo que te motiva?

Día a día cada uno realiza sus actividades, se levanta se ducha, se viste, desayuna (si tiene tiempo), sale al trabajo, universidad, mercado, lo que sea, uno tiene mil cosas por hacer, mil quehaceres, pero la cuestión es por qué lo haces, cuál es el motor de tu vida, es quizás tu familia, tu pareja, tus hijos, tus amigos, tus papás, cuál es? Y es algo interesante, un día que se levante temprano, antes de lo pensado pónganse a analizar por qué me levanto o me voy a levantar esta mañana, qué me mueve, o simplemente el despertador sonó y ya me tengo que levantar y cumplir con mi rutina de todos los días.

Y creo yo que debe ser algo importante lo que nos haga dejar algo tan placentero como estar en una camita calientita durmiendo… y muchos dirán quizás, no es que me levanto porque tengo que estudiar o trabajar, para qué para poder tener algo que comer, y sí tiene cierto sentido en una sociedad en la cual muchas veces todo corre y todo sigue su ciclo por decirlo así, pero la pregunta de fondo es, qué es aquello que le da pasión a tu vida, qué es lo que te motiva?

Y miren uso la palabra pasión, es una palabra algo fuerte si quieres verlo así, pasión, así como la pasión por el futbol, o por los pasteles, pasión es aquello que hace que tu corazón arda y te mueva hacer un postre o ver un partido.
Me quedo con el ejemplo del futbol, por ejemplo, la selección no es wau, y muchas veces la gente comenta “qué vas a ver el partido, que iluso”, y sí creo que la pasión incluye algo de ilusión, es no perder la esperanza y luchar por aquello que se quiere. El apasionado por el futbol ve los partidos, sí, a veces sufre al ver su equipo perder, pero no pierde la esperanza, sigue persevera, va al estadio, apoya a la hinchada, grita, se emociona, si tiene trabajos de por medio los sacrifica un día para poder ver el partido o ir al estadio. Y así cada uno puede tener su pasión, algunos puede ser el futbol, un grupo musical, un programa de Tv, lo que sea… Pero si te das algún día el equipo perderá, y perderá y dejará de ser importante, el grupo musical se desintegrará, el programa de tv se acabará y podrás ver la repetición pero ya no será igual, algún día el postre te empalagará y dirás ya no más. Pero yo conozco aquel manjar del cual uno puede satisfacerse siempre pero sin estar harta jamás, ese divino manjar que mueve la vida de miles de personas.

Hoy en día muchos dicen que el cristianismo está pasado de moda, que la Iglesia es anticuada, que ya no vale la pena, y yo me pregunto, no vale la pena aquel al cual un día le dije sí, porque no olvidemos que el día de la confirmación confirmamos libremente nuestra fe en JESUS, en ese Jesús que dio su vida en la cruz por ti y por mi por amor, y al tercer día resucitó, y estas son cosas que repito todo el tiempo porque inclusive yo aun no logro entender ni creérmelo del todo, y sé que el día tu y yo lo hagamos comprendamos de verdad el valor del sacrificio del Señor, y que eso no acabó en la muerte sino que vino después la gloria que también nos espera a nosotros, el día que comprendamos ese gran misterio, ese día… ese día veremos nuestra vida con otros ojos… pero hoy, ahora debemos de luchar día a día, dejarnos transformar por el Señor, que él sea el motor de nuestra vida, lo que nos apasione, lo que nos mueva vivir coherentemente, luchar por nuestra salvación. Si me despierto es por EL, si estudio es por EL, si me alimento es por EL, si trabajo es por EL, si amor es por EL, es porque lo veo a EL en la otra persona, es porque la otra persona que tengo a mi lado es otro Cristo, es la persona que EL escogió para mi, sí será chinche, feo, espeso, aburrido, me caerá mal, pero esa persona es la que hoy te pide Dios que ames, como si fuera él, y el día que nos decidamos amar como EL nos amó, ese día la otra persona se dirá y a ti que te pasó? Y tú le dirás es Jesús, simplemente, es Jesús, y el te dirá que eres protestante, mormón testigo de Jehová, y tu le dirás, no soy católico. Y ese día podrás haber ganado otro hijo para nuestro Dios.

Dios es quien debe hacer arder nuestro corazones, si corregimos lo hacer por amor, si perdonamos por amor, si callamos por amor, si gritamos por amor, si trabajamos por amor, si estudiamos por amor, si algo, por amor, por Cristo, por nuestro Dios.
Que el Señor nos ayude en el momento de subir la cuesta a cargar la cruz de cada día, y que el haga arder nuestro corazones de amor hacia él, porque como dice nuestro padre San Agustín y es algo que me repito día a día, nos hiciste Señor para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti.
Amén.

Dice que el hombre tiene un fin, un peso, hacia el cual va, y San Agustín dice Dios es mi peso, hacia donde yo voy, y él nos da la forma de ir hacia EL, nos dice dejémonos abandonar hacia EL, confiemos, soltémonos, y caeremos, pero caeremos hacia lo alto.

martes, 6 de septiembre de 2011

Cantar es propio del que ama

Allí donde dice San Agustín “el que canta ora dos veces” también dice, “cantar es propio del que ama”.

Cuando uno alabaza, agradece o lo que sea a Dios por medio del Canto, hace oración, pero lo que me gusta es eso que dice san Agustín, es el corazón que realmente ama, el que es movido por este amor a entonar a Dios ese cántico nuevo, de alabanza, cántico que nunca han oído los oídos humanos, y que no lo pueden entonar las lenguas de los mejores tenores, sino simplemente el corazón que se ha dejado amar por Dios, y este canto es oído tan solo por Dios.

Canto, que no es bonito, porque algo bonito o feo es algo que uno percibe, osea depende de los sentidos y es subjetivo, en cambio, ese canto es Bello, implemente es bello, porque participa de la belleza en sí, belleza en sí que es Dios, Dios que hace arder nuestros corazones de amor y que nos mueve él mismo a entonarle ese canto de amor.

Busquemos pues que nuestra vida sea ese canto agradable a Dios, ese canto que es auténticamente bello, y con el cual atraerá a muchos, y los moverá a los demás a buscar cantar igual con un solo fin, el de poder tener una sola alma y un solo corazón hacia Dios.

Porque en un coro, todos tenemos diferentes voces o tonos, y seguro cada uno separado suena… feo, pero cuando estamos en conjunto, en grupo, podemos producir un canto que es bello, es hermoso, y como les dije, participa de esa hermosura que es antigua y tan nueva… que es el Señor.

Amén.