miércoles, 15 de diciembre de 2010

Marana Tha

Marana Tha /maranata/, es una palabra hebrea que significa ven Señor,… bueno más o menos, y se usaba en algunas celebraciones pidiendo a Dios que envié al mesías prometido. Por ello es muy propio que en este tiempo de Adviento, en el cual recordamos la llegada del Mesías y a la vez nos preparamos para su pronto regreso, que mejor que decir al Señor, VEN, ven a mi vida, a mi corazón, a mi hogar, a mi familia, a mi historia, a mi trabajo, a mi soledad, a camino, a mi fiesta, a lo que sea, VEN!

Pero, detalle importante, curioso! Sí, le decimos a Jesús, al Señor, VEN!!! Pero… estás preparado?
Sí que ya adorne mi casa, ya canjee el pavo, ya tengo mi panetón, ya compre mis regalos… pero… Jesús te va a felicitar por tener la mejor decoración, o porque tu pavo este rico, o porque te comas todo el panetón tu solito (o en este caso creo que más conviene TU SOLITAAAA) , o porque compres muchos regalos ( y encima, ninguno para él)… creo que no…

Sí, es no, lo siento. PORQUE NOOOOOO, Jesús no te va a felicitar por eso, si le va a gustar que compartas en familia, con amigos, todos juntos demostrando la unidad y fraternidad que debe vivir y reinar en la Iglesia! PERO, PERO!!! Nos preparamos para la fiesta de… de… de Papa Noel, de los Pavos San Fernando, de los caros Panetones D’onofrio, de los miles de regalos de Ripley (yo no pido regalo, pero si quieren darme algo puede ser ropa de vestir, jajajaja no mentira =) ), te lo aseguro, NO! Nos preparamos uno para recordar el nacimiento del Mesías anunciado desde antiguo a nuestros padres, y nos reunimos juntos en fraternidad en familia por eso, y a la vez para mutuamente, entre nosotros alentarnos para seguir adelante y prepararnos para su pronto regreso, porque recordemos solo El sabe el día y la hora, como te estás preparando para estas fiestas? Haz preparado tu corazón para albergarlo, y como lo estas preparando, lleno de que esta tu corazón? De la gracia de Dios, o a lo mejor del pecado, o pero aun, de la tibieza…

Jesús hoy solo te pide una cosa, no le cierres las puertas de tu corazón, recíbelo con gratitud, sencillez y sobre todo con amor. Dale una morada limpia, ordenada, un lugar grato para El. Antes de irte a celebrar por noche buena, date tu vuelta, porque allí, siempre cerca de ti (mismo comercial de D’onofrio, mucha propaganda y no me pagan nada) está el Señor, en una Iglesia para que te reconcilies con él, y puedas recibirlo, y para que este reconciliarse y recibirlo no sean solo palabras y gestos bonitos, sino que se vuelva vida, y también lo ayudes, lo abrigues, lo consueles en esa noche, en TU hermano, hermana, indigente, pobre, abandonado, etc, porque cuando lo hicieron con estos mis más pequeños conmigo lo hicieron.

YAAA, estamos a puertas de Navidad, pero no es tarde, nunca es tarde para darle una oportunidad a Dios. Yo te invito a que para esta Navidad puedas confesarte y asistir a la popular Misa de Gallo, y junto con toda la Iglesia Celebrar que Dios se hizo hombre, por amor a su pueblo. Y puedas recibir a Dios y dejarte transformar por él… por tu Dios, por el que tanto te amó, te ama, y aunque no te lo creas, te amará, por siempre, porque tú, tú vales ORO!

Porque tanto amó Dios al mundo que envió a su único Hijo. Para que todo el que crea en él no perezca sino tenga vida eterna. Jn 3,16

Felices Fiestas

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Preparación para la Navidad

El domingo pasado dimos inicio a un nuevo año litúrgico con la celebración e inauguración del Adviento, que es el tiempo de preparación para la Navidad, nos preparamos para celebrar una de las fiestas más importantes del cristianismo en todas sus ramas, la Navidad, el nacimiento de nuestro Señor.


Ahora bien, el Señor nació hace 2 mil años, ya no va a nacer, por eso el 25 de diciembre conmemoramos uno de los actos de amor más grande de Dios que se verá culminado con su entrega en la cruz, y esta es la Encarnación del Hijo de Dios, del Cristo, el Mesías, ya desde mucho tiempo atrás, el simple hecho de recordar la Encarnación, que Dios se hizo hombre era algo de adoración, por eso cada vez que se mencionaba ya sea en el credo, el Te Deum o el Ángelus, los monjes se inclinaban, como reverencia simplemente a la mención de la encarnación! Ahora bien, el Señor ya nació, no va a volver a nacer, y lo que recordamos es su glorioso nacimiento.


Ahora bien, entonces, si decimos que el Adviento es la preparación para la llegada del Hijo de Dios, y el Hijo de Dios ya llegó, ¡¿para qué nos preparamos?! Para la Parusía, la vuelta del Señor, su segunda Venida.
Porque recordemos que dice la Palabra de Dios, así como lo vimos ascender, de la misma manera lo veremos bajar rodeado de su gloria. Y no sabemos ni el día, ni la hora, es por eso que el Señor nos dice que tenemos que estar atentos, tener las lámparas prendidas porque no sabemos cuándo regresará el amo, estad vestidos y tened aceite extra porque no sabemos cuándo llegará el novio, son las alegorías que nos presenta el Señor.

Pero ahora bien, si recordamos a las vírgenes prudentes que llevaron ese aceite extra para esperar la llegada del Novio, veamos así rápidamente quienes son las vírgenes, sencillo, nosotros. El Novio, el Señor, que regresará para desposarnos, para juzgarnos, y recordándoles la última reflexión, para ponernos a algunos a su derecha y a otros a su izquierda. Pero vamos a lo que me interesa ahorita, el aceite, que es ese aceite que debemos tener es nuestras lámparas, pues es el aceita de la verdadera vida cristiana. Es el aceite que mantiene viva nuestra lámpara de la fe, es la gracia del estar sin pecado, del practicar la caridad, del ser coherente con nuestra vida, del ser verdaderos cristianos, porque no debemos esperar el último minuto como hicieron las imprudentes que tuvieron que regresar por más aceite y cuando regresaron ya era tarde, el novio había desposado a las prudentes. El Señor nos da grandes oportunidades, nos ha permitido conocerlo hoy y ahora, ya somos también nosotros vírgenes del Novio, ahora no sabemos cuándo vendrá, pero debemos esperarlo, listos, siendo cristianos de verdad, para que cuando venga estemos preparados.
Este adviento es un tiempo de preparación, de conversión, de recordar y celebrar, porque el Hijo de Dios ya vino, y regresará porque nos ama.

Yo los ánimo a seguir adelante, perseverando y sobre todo buscar perseverar, ser coherentes con lo que decimos ser, porque así, a pesar de quedarnos solos, nunca lo estaremos, porque lo tendremos a EL que es nuestro único consuelo, el que de verdad vale la pena, el que no falla ni defraudo, y a pesar de que parece que en la tormenta, mientras lo pasamos difícil está dormido, no lo está, solo espera que lo llamemos para que acuda en nuestra ayuda.

 
Fuerza, ánimo, y adelante por el Señor, por nuestro Dios que viene, que vuelve.