Justo estos días estuve meditando y pensaba acerca de lo importante que es haber crecido en un hogar cristiano, y la importancia que debemos darle a nuestra vida de fe. Nosotros tenemos la dicha de haber crecido en un hogar, de alguna manera u otra, cristiana católica practicante, claro, con sus altibajos, pero siempre tratando de vivir el Evangelio de Cristo. Y creo yo que en esto radica todo, en día a día imitar más a Cristo, aprender a vivir como él vivió, a dar testimonio con nuestras vida de los que somos, creo yo que es tiempo de revalorar nuestra fe, no somos cualquiera, somos seguidores de Cristo, somos cristianos, y como tales debemos vivir como nos pide el Evangelio. La ley se resume en dos mandamientos, amar a Dios sobre todas las cosas; y al prójimo como uno mismo.
Yo los animo pues a día a día amarnos más en el amor de Cristo, y amándonos, amar a Cristo, y buscar siempre juntos, vivir el Evangelio, y como les dije la otra vez, cumpliendo no solo lo que me conviene, sino todo, porque si de verdad queremos amar a Cristo cumpliremos su palabra y sobre todo lo que más nos cuesta.
- Amar a Dios sobre todas las cosas. Cómo demostramos nuestro amor al Señor, a nuestro Padre amado, pues haciendo su voluntad, valorando su sacrificio en la cruz, y sobre todo acercándonos a él, porque NO SE PUEDE, no se puede amar lo que no se conoce, y COMO podemos conocerlo, pues con la oración, es el único medio, el único camino para hablar con Dios y en ese dialogo intimo acercarnos a él, porque, porque es una gran mentira ser Cristianos y no conocer a Cristo, y tú me dirás, pero si yo conozco su biografía, se que vivió en Israel, que dio su vida por nosotros. Y sí, es bonito saber eso, pero lo sabes porque otros te lo han dicho, o mejor te lo han presentado, – sí hola que tal N. te presento a Jesús, Jesús este es N.
Ahora es nuestro trabajo buscar cimentar y hacer crecer esta amistad, y solo se hará con la oración. Ahora hay dos opciones, una, la del verdadero cristiano, y otra la que el mundo hoy en día nos vende. La del verdadero cristiano es lucharla, darlo todo por querer acercarnos más a Dios, valorar su Palabra, acercarnos a los sacramentos siendo la reconciliación y la comunión dos de los principales pilares de la vida cristiana, porque Dios nos ama, a pesar de nuestros defectos y errores, pero si nosotros queremos amarlo bien de verdad debemos hacerlo con un corazón puro y limpio, y que mejor medio de conocerlo que teniéndolo dentro de nosotros. Ahora bien. Estas cosas implican que un lucharla, darlo todo, porque cuesta, porque no es sencillo, vivir según el evangelio es para los que se atreven. Ahora bien imposible no es, porque es sencillo si nos proponemos hacerlo y si pedimos a Cristo para gracia para lograrlo, y sí, esto implica en un largo caminar momentos de en que el camino es llano otras en que es empinado o escabroso, pero como les decía si tenemos al Señor todo será más fácil. En contra parte, que nos dice el mundo hoy, que no vale la pena, que para que lucharla, dejemos llevar por este mundo moderno, en el cual día a día la vida va perdiendo su valor, en el cual se deforman los valores, y en el cual ser cristiano de verdad es para estúpidos.
Tenemos la dos opciones, la del facilista que cree ser feliz con lo que ofrece el mundo cuando a la larga el consumismo, el materialismo y demás son cosas pasajeras que dejan un vacio peor, o demos todo por el todo y luchémosla por aquel que no defrauda y que nunca nos abandona.
Creo yo que como cristianos no estamos llamados a ser mediocres, sino a ser verdaderos testimonios vivos de Cristo, a vivir nuestra vida según el evangelio. Nosotros hemos vivido de una manera u otra en un hogar Cristiano, y sí con sus virtudes y defectos, pero que al menos trataba de salir adelante. Ahora bien, creo yo que es tiempo de seguir adelante, ahora ya, como quien dice, cada uno baila con su propio pañuelo, ya no está mamá, papá allí para forzarte a orar, a ir a misa, a confesarte, y es ahora cuando nosotros debemos ser coherente con ese sí que le dimos al Señor el día de nuestra confirmación. Ese sí, te acepto en vida con todo lo que me pides. Ese sí, quiero amarte; ese sí, quiero luchar por ti.
No dejemos que este mundo moderno y secular apague ese fuego que un día ardió en nosotros, y que nos movió y nos impulsó a decirle sí al Señor. Seamos coherentes y hagamos del evangelio, de la Vida de Cristo, de su Palabra, del Mismo Cristo, que es el Verbo de Dios, su Palabra, hecho hombre; hagámoslo vida. - Y en segundo lugar, amar al prójimo como a uno mismo. Y esto es algo que va de la mano, y es la Caridad, el amor verdadero, el reconocer a Cristo en el hermano, porque recordemos lo que hagan con estos a mi me lo hacen. Si amamos a Dios, si queremos amar de verdad a Cristo, pues lo amaremos en la oración y sobretodo en el prójimo, y sin ir tan lejos en el que tenemos a nuestro lado.
La familia es el centro de la vida cristiana, es la comunidad base, y es en comunidad como uno aprender a vivir coherentemente y es en comunidad como podemos crecer en nuestra vida de fe, ayudándonos del hermano del costado. Y como les decía la Comunidad Base en la Familia y es en familia como podemos y debemos buscar y seguir a Cristo. Ayudándonos del que está a nuestro lado, animándonos y amándonos con ese amor de Cristo que no tiene límites.
Yo los animo pues a día a día amarnos más en el amor de Cristo, y amándonos, amar a Cristo, y buscar siempre juntos, vivir el Evangelio, y como les dije la otra vez, cumpliendo no solo lo que me conviene, sino todo, porque si de verdad queremos amar a Cristo cumpliremos su palabra y sobre todo lo que más nos cuesta.