Recuerden para que todo vaya bien ofrézcanselo a Él que es quien derrama la bendición y es quien hace que lo imposible se vuelva posible.
Y qué mejor en este tiempo penitencial para acercarnos más a EL por medio de la oración y el sacrifico del día a día.
Y creo yo que otro buen medio para acercarnos a ÉL es transmitirlo a los demás, transmitir a la persona que está a tu lado, o simplemente transmitir que El te ama.
Desde mucho antes, y más desde que está en el Seminario, cada vez que escuchamos al Hermano Luis Alberto, o que leemos sus e-mails, sus reflexiones, sus mensajes, sus meditaciones, sus lecciones de vida, oír o leer esas palabras cargadas de espiritualidad y de fe, son capaces de arrancar en nosotros una sonrisa de esperanza, un brillo en los ojos, nos hace renacer, transmite un calor en el corazón, unas lágrimas de alegría o un gran sentimiento de fe viva.
jueves, 4 de marzo de 2010
Una semana tranquila
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